El pasado fin de semana estuve con mi querida Helena Exquis en el festival In-Edit, donde se proyectan innumerables documentales musicales. En concreto, estuvimos viendo el documental rodado a partir del último concierto de Pulp, el cual me encantó y me hizo recordar durante hora y media muchísimos momentos de mi infancia y de mi adolescencia, mientras Jarvis Cocker cantaba temas como "Underwear", "Babies" o el mítico "Common People". Sus letras hablaban de situaciones corrientes y de gente corriente; y cuando era una adolescente las escuchaba hasta que se quedaban grabadas a fuego en mi memoria. Precisamente, ésa canción fue la que encendió una luz en mi cabecita y me hizo pensar y pensar...
Cuando era pequeña me aterraba el hecho de crecer muy rápido y convertirme en adulto. Para mí, éso significaba ser como todo el mundo, y yo no quería ser como los demás. No quería sencillamente acabar de estudiar, trabajar, comprarme un coche, una casa, casarme y tener hijos. No es que me pareciera un mal plan para quien lo quería, pero en mi interior sentía que éso no era para mí, sino para la "gente corriente". Y algo en mi cabeza me decía que yo, precisamente, no era muy "corriente", aunque lo intentara a veces ser.
Quiero puntualizar el apelativo "gente corriente"; no lo utilizo como algo despectivo, sino como una línea de "normalidad" a la que la mayoría de la gente tarde o temprano llega. No es nada malo; al contrario, creo que es una forma estupenda de crearte un entorno seguro y realizarte en muchas cosas que, tal ves de otra forma, sería mucho más complicado conseguir (ser padres, por ejemplo; hoy día podemos ser padres solteros, pero aún ponen muchas trabas para ello). No es un camino más fácil, ni más difícil; es igual que cualquier otro. Pero también es cierto que es el que la mayoría eligen seguir, y por éso se me hace común y de gente normal y corriente, como cantaba Jarvis en su canción.
Hace mucho ahora que dejé atrás a aquella niña que a veces se angustiaba por las noches pensando en el futuro, mientras en el resto de la casa sus abuelos o su madre dormían; pero esas ideas aún me rondan a veces por la cabeza. Por supuesto, no me considero ya una niña, ni una adolescente; pero a ratos no me considero tampoco una persona completamente adulta, ya que sigo sin verme con las cosas que mencionaba antes. Y, en cierto modo, me resulta extraño; a mi alrededor he visto y veo a muchos amigos cómo poco a poco se van convirtiendo en esa "gente corriente", y yo, sin embargo, sigo buscando un sitio en este mundo que me ha tocado vivir. Por supuesto, no es nada malo que éso pase; al contrario, considero más fuera de lo común mi situación que la de ellos... aunque, nuevamente, seguro que es porque la mayoría eligen el otro camino.
A veces me pregunto qué se siente cuando alcanzas ese punto; si encuentras algún tipo de paz o tranquilidad al encontrar un poquito tu sitio. Y a veces, en cierto modo, lo envidio, sobre todo cuando tengo momentos de sentirme triste y sola (algo que ha sido muy frecuente este año, como muchos sabéis).
En esos momentos, por fortuna, aquella niña que tenía miedo de crecer comienza a morderme los tobillos y a refunfuñar sobre todo aquello que me aterraba. Y, a pesar de sentirme sola y triste, cojo aire y sigo caminando; porque ya me detendré cuando encuentre mi sitio, y me sienta preparada para convertirme en "gente corriente".
Today I wrote a little thing about how I used to feel when I was a little girl and thought about the future. You can read the English version clicking in the translate button, on the sidebar.