Saturday, November 29, 2008

Calíope: Ojo de tigre.

Calíope observa cómo el agua aporrea el cristal de su ventana mientras el resplandor de los relámpagos iluminan el negro cielo de octubre y el ojo de tigre que sostiene en su mano. Semidesnuda, tumbada en la cama, tapada con su edredón, con el pelo revuelto y sintiendo arder su estómago de rabia. La rabia.

Al fin de cuentas, ¿qué es la rabia a nivel fisiológico? El sentir arder tu cuerpo, la dilatación pupilar, la liberación de hormonas que nos generan violaciones sinápticas de nuestro cerebro... esas descargas eléctricas que provocan el desear arrancar la faringe de cuajo a más de una persona, ver brotar la sangre roja sin pudor alguno, sin avergonzarse de mostrarse al mundo. Sentir el calor del otro cuerpo en tus manos, observar cómo se escapa el último aliento de vida antes de que los ojos se vuelvan vidriosos y cristalinos.

Se imaginó que éso es lo que había sentido quien había cometido tan atroz ferocidad, provocando el despertar de su rabia. Había escapado con las manos manchadas de sangre de gente querida, pero no iba a poder huir con tanta facilidad. No.

Ahora Calíope quería sentir su sangre correr por sus brazos mientras anudaba su interior.

Un nuevo relámpago, un trueno. El ojo de tigre cae y rueda por el suelo. Se detiene, rueda un poco más... y muestra los secretos del mundo.

"Ahí estás", se dice a ella misma, regalándose una sonrisa.

La lluvia la va a empapar, pero no importa. Ni esa fría agua podrá calmar la rabia de su estómago, de su interior. Se adentra en la noche, colgando del cuello la piedra de la libertad.

Monday, November 24, 2008

Cuestión de Fe.

Rezando a diario, contando tus pecados con rosarios y crucifijos. Tú me hablas de Fe.

Yo te hablo de hechos, causas, efectos. Muestras de laboratorio conservadas en la nevera, pero a un nivel superior a lo físico, más allá de lo psíquico, de lo metafísico y astral. La ciencia no te vale, no es tu amiga... niegas lo evidente en pos de tu Dios.

Tú me hablas de Fe y de doctrinas antiguas que tratan de atrofiar mis alas para que las mantenga, pero no pueda volar. Yo me revuelvo cual cuervo, graznando y picoteando, tratando de escapar, relgalándote picotazos y dentelladas, que es lo único que de mi boca conseguirás.

Tú me dices que es un Hecho al que estoy predestinada, que tengo que hacer lo que me has marcado. Yo te digo que tiempo al tiempo, que creo en mí.

Tú me hablas de ser prácticos. Yo te digo que es cuestión de Fe.