Hoy vengo a haceros una confesión: me muerdo las uñas. Sí, desde que soy bastante pequeña, me muerdo las uñas compulsivamente, y nunca he conseguido dejar de morderlas del todo, convirtiéndose en un hábito horrible e involuntario.
Hace unas semanas tuve la suerte de visitar a Paula, quien se encuentra a la cabeza del equipo de Beauty Nail Concept; y con mucha vergüenza, le enseñé mis manos con mis uñas mordidas. Al principio, a juzgar por su cara, pensé que no tenía solución, pero rápidamente me dijo que "las he visto peores" y me animó a probar una manicura con acrílico.
Paula se puso manos a la obra e hizo un milagro: adecentar mis manos con mucho mimo. Primero me trató las cutículas, y luego comenzó a moldear unas uñas postizas con acrílico, el cual una vez endurecido me limó para darle forma.
El resultado ya lo habéis visto en la primera foto: de pronto ¡tengo uñas! Hay que mantenerlas (y yo he tenido tanto trabajo que no he podido ir a que me las retoquen, volveré la próxima semana) pero es un remedio que a mí, de momento, me está funcionando para no morder mis uñas (el acrílico es bastante duro, y cuesta romperlo).
Así pues, de momento, es un tratamiento que, si sufres de onicofagia como yo, puede ayudarte a quitar este mal hábito que tanto afea nuestras manos.
Muchas gracias a Paula y todo su equipo por el trato que me dieron, ¡iré a veros pronto!
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