Hace unos días escribía una reflexión que no había publicado hasta hoy, ya que volvió a mi cabeza ayer, 11 de Noviembre, tras leer la noticia que invadió las redes sociales y que podéis leer
aquí o
aquí, entre otros muchos sitios.
A continuación, os dejo mi reflexión.
Hay una tendencia que lleva algún tiempo tomando fuerza dentro y fuera de las redes sociales y que, la verdad, me molesta cada vez más: estoy cansada de
que sólo se hable de modelos/bloggers/introduzcasufashionprofesiónaquí
delgadas y "curvy". Como si en el mundo no existieran más tipos de
mujeres. Como si en el mundillo 2.0 y en el analógico no hubiera otro tipo de cuerpos.
O eres una blogger "delgada" (es decir, de 34/36), o entras en el saco ya de las "tallas
grandes". Y no, no exagero: si tienes una 40, para un lado de la industria eres una talla
grande y para el otro eres una "canija" que pretende ir a comprar a tiendas de "tallas grandes".
Me he encontrado con blogs
y tumblrs donde se habla del "fat-shame" (o el intentar avergonzar a las personas con sobrepeso), pero también los casos
contrarios, de "thin-shame". Como si hubiera que avergonzarse de ser
gordita o delgada, de tener un molletito o de marcar algún huesillo porque así es tu constitución o porque mira, te has dejado un poquillo.
Y peor aún, en ambos casos, como si tuvieras que
avergonzarte de ser NORMAL.
Parece que es un tema que escuece, y mucho, cuando hablas de normalidad y de ser SALUDABLE. Ojo, que una persona puede estar por encima de su peso cinco, siete o incluso diez kilos, y estar SANO. Estar por debajo de tu peso "ideal" esa misma cantidad de kilos es un poco más peliagudo y puede deberse a muchas cosas (¿un trastorno de alimentación? Sí, puede ser, pero también un metabolismo tocapelotas), pero también he conocido a gente muy canijita, que comen, hacen deporte, se alimentan bien, están sanos y oye, les cuesta la vida coger peso. Es decir, hay de todo en la viña del señor. Y sobre todo, lo importante es éso, estar sano. Tener poco colesterol, una cantidad de azúcar en tu sangre que te haga bien; vitaminas, minerales... SANO, SEÑORES, SANO.
Lo comentaba con una amiga que, literalmente, me decía "a mí el tema del peso me interesa sobre todo desde un punto de vista médico. Y no me parece bien que en Tumblr u otras redes sociales se enfatice ahora el que hagas lo que te dé la gana con tu peso. Una persona con un sobrepeso de cinco o diez kilos no va a desarrollar los mismo problemas en el futuro que una persona con 35kg de más. O de menos. Ahí es donde está la cuestión".
Y ahí, en las redes sociales, es donde entramos en los grandes hostigadores de nuestros complejos: blogs, tumblrs, instagrams, pinterest... Antes sólo se alababan los cuerpos delgados y estilizados. Ahora, con el surgimiento de las BBB (Big Beautiful Bloggers), se da visibilidad a chicas que tallan muy por encima de una talla 42. Y oye, me parece de putis el que, POR FIN, se haya abierto el debate y
tengan visibilidad las chicas curvy (y puntualizo que, para mí, una curvy es alguien con
una talla más grande de la 46, por lo menos); pero parece que al
final siempre se está dejando a alguien de lado (y ostia, qué
casualidad, siempre estoy en ese puto lado olvidado).
Me parece fatal que en las redes sociales, por un lado, se pretenda avergonzar a las chicas curvy, a las gorditas de toda la vida, vaya; y que se haya hecho durante tanto tiempo. Y ahora, en forma de respuesta, también se intenta avergonzar a las canijas... y mientras, hay una lucha para seguir acaparando a ambos bandos, cada uno al rincón del round.
Pero oh, sorpresa... ¿sabéis quién se queda en medio? Sí, nosotras. Las chicas que vestimos entre las tallas 38 y la 44. Aquellas que, dependiendo de dónde vayas, una prenda te hace marcar el camel toe aunque se suponga que sea de tu talla, y en otra te queda como un jodido saco de papas. Y estoy CANSADA de ello. De ser una de las grandes olvidadas del mundillo de la moda, por mi talla y por mi estilo (es decir, por no copiar con descaro el lookbook de Zara o Mango). Estoy cansada de que se nos trate con desprecio por no entrar en una 36 o por no llevar una 46 ("Es que claro, aquí no entras con tu talla" o "Pero es que tú eres muy canija para ponerte esto", son comentarios que me he tenido que tragar en diferentes sitios y con referencia a ambos tipos de cuerpo, true story).
El tema de las bloggers tampoco ayuda mucho. Si estás delgada, todo es guay. Si ahora estás gordi, también es guay porque se están empezando a centrar en ti. Pero si no perteneces a estos dos grupos, apaga y vámonos para, no sé, Wembley; porque pocas marcas o agencias van a hacerte caso, aunque te pongas un cactus en la cabeza.
Y me parece todo una hipocresía muy grande, la verdad. Es
decir, si abrimos el abanico, ya podríamos abrirlo al completo, y no
solo un poquito, ¿no? Es que si no, no me llega bien el aire al
abanicarme, gracias.
Me pregunto si habrá algún día en el que dejemos de sentirnos culpables por la talla que tenemos, y empecemos a preocuparnos de verdad (y no porque esté de moda) en estar sanos, no en tener una determinada talla o etiqueta.
Lo bueno, lo importante, es
sentirte bien contigo mismo; y no dejar que los demás, con sus etiquetas de los cojones, vengan a amargarte el día, la autoestima o la celulitis del culo. A ves si hacemos más caso a
El Cordobés y dejamos de hacerle tanto caso al circo.
Que para circo, ya me monto yo el mío.
#UnBesi
Today I talk about fat-shaming, thin-shaming and where the hell are the girls with a size 10-12 UK.