Sid Vicious, cuyo nombre real era John Simon Ritchie, murió con 21 años un dos de fefbrero de 1979, hace ahora 30 años. En su día no quise recordarlo, porque hay creada a su alrededor una leyenda y fanatismo que no me gusta nada, como "martir del punk" (igual que Cobain es el "mártir del grunge", y como otros muchos lo son de sus respectivos movimientos). Pero hoy me he levantado melancólica en este aspecto, y creo que nuestro pequeño John se merece unas líneas recordatorias.
Si me preguntan por él, siempre digo que a mí Sid Vicious no me gusta. A mí quien me gustaba era John Simon, ése guapo, alto y pasota fan de los Pistols que comenzó a saltar y a chocarse con la gente porque no veía bien en sus conciertos, aquel adolescente inocentón que admiraba a su amigo John Lydon; aquel muchacho que fundó un grupo llamado "Flowers of Romance" (que luego, en su memoria, serviría de título para uno de los discos de PIL, el grupo post-Pistols que fundó John Lydon); aquel John sin Nancy Spunge.
Me parece patético que las adolescentes de ahora, declaradas incondicionales de Nana (ése maravilloso manga de Ai Yazawa que tanto daño está haciendo a la imagen de John Simon y el punk, pero que igualmente adoro, tal vez porque sí entiendo su sentido); se declaren también incondicionales de Sid. Y digo Sid, porque seguro que la mayoría no tienen ni idea de cuál era su verdadero nombre; de que su mote surgió de un accidente con un hámster que tenía John Lydon, o de que realmente no es que fuera muy buen bajista. Sinceramente, y sin tapujos lo digo, ODIO a este sector de personas. Creen que la historia de amor entre Sid y Nancy era perfecta; pero no, nunca fue así.
Sid ya tenía un cáncer llamado adicción cuando la conoció, y ella fue como la metástasis en su cerebro. Se pavoneaba delante de la prensa y se quejaba de que los demás miembros del grupo la odiara. Siouxie Sioux la definió en una ocasión como "aquella chica horrible, Nancy". Todos lo vieron, intentaron apartarlos y no pudieron. Pero no os engañéis, ésto no fue por el amor entre ellos, sino por el amor hacia algo más fuerte y mortal... el amor a la heroína.
Así que chicos y chicas, dejad de engañaros. Si buscáis dentro del mundo de la música una historia de amor de verdad, mirad a Lennon y Yoko Ono; que cuando tuvieron problemas, ella le buscó una amante... y no, no fue su culpa el que los Beatles se separaran.
Mientras, yo hoy (porque sí, porque me apetece), le dedicaré una sonrisa a John Simon Ritchie, alias Sid Vicious; que vivió rápido y murió joven para dejar un bonito cadáver... lo recordaré haciendo muecas con John Lydon, riéndose de todo y de todos. Lo recordaré saltando en los conciertos de los Sex Pistols, cuando él era el fan número uno, y se chocaba con los demás espectadores creando un pogo... simplemente por el placer de escucharlos y saltar.