Sunday, August 17, 2008

Winning days


The Vines - Winning Days

Días de gloria sin sentido que te dejan adormilado entre el claroscuro de la tarde, viendo cómo los rayos del sol van decayendo en una espiral infinita hasta que la luna roba las últimas caricias de un día estival.

Los hijos del Sol te llevan de la mano por caminos inesperados, inexplorados, aventureros dentro de la oscuridad...

Ya me lo dijo una vez, y ahora sé que Oniros sonríe con sonrisas cómplices, desde la cara oculta de la luna, desde donde me espera desde hace tanto tiempo que ya casi ni me acuerdo, bebiendo bourbon mientras suena la misma canción una y otra vez... recordando a esa niña que saltaba sobre una cama sin hacer, con su pelo alborotado y un vestido negro... ¿de verdad todavía piensas en mí así, Oniros?

Los días de gloria se fueron, pero ¿quién los quiere?

A mí personalmente siempre me dieron igual...

Wednesday, August 06, 2008

Calíope: Sinapsis y piedras


“(…) Sinapsis recurrentes que marcan los caminos eléctricos y químicos en el cerebro, autovías de información internas que activan una u otra emoción. Hay caminos mejor asfaltados que otros, y por lo tanto, destinos más o menos accesibles para mi subconsciente, que con un ligero toque de varita mágica, enciende o apaga determinados interruptores. Es posible que con entrenamiento lograra encender con más facilidad los que están situados más altos, aquellos con el nombre de “Felicidad” o “Positividad”, que me resultan tan inalcanzables debido a que mi escalera sináptica no es tan alta… ¿O tal vez no? ¿Realmente somos capaces de controlar nuestras emociones o, por el contrario, somos seres viscerales incapaces de contener un brote de vómito emocional? ¿Cómo de positivos o negativos pueden llegar a ser estos brotes? ¿Es bueno soltarlos o, por el contrario, es necesario guardarlos bajo el velo y la armadura que creemos irrompible? ¿Es de verdad tan irrompible… o por el contrario, es de lo cual nos queremos autoconvencer? (…)”
 
Nessa volvió a leer éste último párrafo un par de veces más. Sin duda alguna, no tenía ni idea de cómo terminar su trabajo sobre depresiones y alteraciones del estado del ánimo para la asignatura de Psicología Médica. De hecho, le resultaba vulgar el pensar que una depresión o cualquier alteración anímica dependiera tan sólo de unos circuitos cerebrales… ¿Acaso no había gente extremadamente feliz que, de pronto y debido a causas externas, habían sufrido depresiones? Sí, lo de siempre, “sólo unos casos”… Pero existían, ¿verdad? ¿No tenía eso ningún significado para la comunidad científica? Maldito método, siempre tan pragmático y obsoleto… 
Miró su reloj… Las siete y veintisiete… Un escalofrío repentino le recorrió la espalda, empañando su campo visual. Sintió poco a poco cómo el suelo se desvanecía bajo sus pies… “¿Otra vez?”, masculló para sus adentros mientras caía, cegada por luces rojas y azules en una oscuridad absoluta; dos ideas bastante disonantes para encontrarse en un lugar brillante y tan negro a la vez. 
Fue escupida de nuevo en ese páramo mágico y extraño que nunca lograba encontrar. ¿Qué lugar era ése al que siempre iba a su encuentro? El deja vu cada vez era más patente… ¿En qué vida vivió allí? ¿Dónde? ¿Con quién…? ¿Acaso con él? ¿Cruzando el puente de piedra…? 
Un momento, ¿de dónde había salido ése puente de piedra? En los años que llevaba soñando con aquel lugar, nunca lo había visto. Se acercó con cautela a observar su estructura fría y antigua a la par que resistente; en el suelo había marcado un número con caracteres romanos… “XIII”
- ¿Trece? – se preguntó en voz alta.
- Trece años son los que has tardado en llegar hasta aquí, Calíope.

Allí estaba, al otro lado del puente; frío, sereno. El cabello destartalado, como siempre, el semblante blanco, los ojos vidriosos fijos en ella. 
- ¿Trece años?
- Comenzaste a soñar con éste bosque a los diez, ¿no lo recuerdas?
- Sí, pero no sé si el haber tardado trece años para llegar a un puente de piedra es algo positivo o negativo, la verdad. Me hace pensar que soy bastante lenta…
- Bueno – distingue una media sonrisa en su rostro -, otras veces has tardado muchísimo más. De hecho, me sorprende que estés aquí tan pronto. Ha habido vidas en las que ni siquiera habías llegado hasta aquí, muy a mi pesar… Así que la respuesta es sí, es algo muy positivo.

Da unos pasos y comienza a caminar hacia ella a través de la estructura de piedra. Ella, sin embargo, permanece inmóvil. 
- ¿Y qué significa el que haya tardado tan poco?
- Que despertaste hace quince años muy precozmente, pero ese hecho ha permitido que hoy podamos estar aquí.
- No sé dónde estoy – contesta mirando a su alrededor -. Siempre me ha sido familiar este lugar carbonizado; es hermoso y aterrador a la vez… Me siento en casa.
- Era nuestra casa. Estás en casa.

Son esas palabras las que susurra en su oído, cn dulzura. La toma suavemente por la mejilla derecha, y la besa. Ella cierra los ojos, y sólo escucha su respiración y su presión sanguínea, a punto de explotar. Sí, por fin, había llegado a casa…

Abrió los ojos de golpe para descubrirse en el suelo de su habitación… ¿Acaso se había vuelto a quedar dormida de pronto? Se levantó y miró el reloj automáticamente… Las siete y veintisiete. Maldito Oniros juguetón, ¿por qué siempre le mostraba retazos?
Advirtió un parpadeo en su móvil, y comprobó que tenía un nuevo mensaje de texto. “Vamos al TCTCBN, te vienes?”. Puto Logan, siempre pensando en fiestas…. Y encima era uno de sus profesores… Desde luego, así va el servicio médico inglés…

*Imagen de Kunameko

Tuesday, August 05, 2008

Calíope: Qué más da la eternidad.



Biffy Clyro - Mountains


"No importa cuán lejos estemos el uno del otro. No importa si no vuelve a salir el sol, da igual si revienta la luna y las mareas no vuelven a su lugar correspondiente... Tu esencia está en mí, igual que en ti está la mía. Llevo siglos buscándote, vidas vividas y perecidas para encontrarte... Y por fin volvemos a estar juntos. Calíope, mi Calíope... ¿Qué mas da unos miles de kilómetros cuando te he buscado una eternidad?"

Un bosque carbonizado, con bruma gris que se levanta desde el suelo y se eleva hasta los confines del cielo, guardando con anhelo los secretos enmarcados en este paisaje dantesco del más allá... ¿Dónde está? ¿Qué lugar es ése que se repite constantemente en sueños? ¿Y por qué él siempre le enseña cosas? ¿Por qué le dice esas palabras? Cuando llega el sol, nunca recuerda su nombre, ni su rostro, pero siente su olor impregnado en su piel, su respiración en la nuca... ¿Cuándo llegará a arrancarla de esta burda y aburrida realidad que la tiene atrapada?

Nessa despierta, sobresaltada. Otra vez él... Al menos nada ha salido ardiendo en esta ocasión...

Excepto algo en su interior.

Sunday, August 03, 2008

Crueldad

Placebo - Without you I'm nothing

Adoro tu crueldad, es tan dulce que me quita el aliento y sólo me hace echarte más de menos.

El agotamiento empieza a ser insoportable. Al cabo del día pienso en ti mil veces, y mil veces que tengo que gritarme "No" para mis adentros. Es agotador, agotaría a cualquiera. Yo ya no sé cómo seguir hacia delante... y lo hago, no sé cómo pero lo hago.

Odio echarte de menos. Lo odio con todas mis fuerzas. Odio añorarte en la distancia, sabiendo que a tan sólo 10 minutos estás ahí.
Ojalá no te echara de menos, ojalá nunca hubiera sentido esto que siento por ti. Pero, oh, vaya... no puedo planificar lo que siento.

Todavía me pregunto si tan feo es lo que siento que no lo quieres. Todavía me pregunto qué te hice para que me trataras así; yo debería de tratarte igual por lo que me hiciste tú.

Quiero odiarte y no puedo. Y por mucho que hagas, por mucho daño que quieras hacerme... no se consigue ése efecto.
Algo estamos haciendo mal, los dos.

¿Tan feo es? Tu crueldad también es fea... pero me encanta. Soy adicta a ella, a tus palabras, a tus golpes, a tus mentiras y engaños, a tu olor.

Y todo lo que escribo aquí es pura sinceridad...
Me miro al espejo y trato de mentirme, pero soy incapaz de creerme ni mis propias mentiras...

Y tú nunca leerás esto...