Los que me seguís por aquí desde hace tiempo y me conocéis un poquito sabéis bien cómo soy. Alguien complicada y sencilla a la vez, con ganas de aprender y evolucionar. Siempre he sido un poco "culo inquieto" y, cuando algo me toca la moral, sabéis que voy a por ello. A muerte. Un ejemplo claro fue en el 2011 con todo el tema #15M, ¿verdad? El #15M me trajo muchas cosas buenas y mucho aprendizaje, me trajo grandes amigos y a algunos enemigos. El #15M me empujó a terminar una relación que había perdido su rumbo y me regaló una intolerancia alimentaria que frustraba mis intentos de ser vegetariana de por aquel entonces. Estando en la plaza aprendí a escuchar muchos puntos de vista, e intenté hacerme escuchar (muchas veces sin éxito, no porque no alzara la voz o no llevara razón, sino porque, aunque no lo creáis, también me sentía menospreciada en múltiples ocasiones).
Es algo que siempre me acompaña, ese menosprecio que la gente, sin percatarse, ejerce sobre mí. Cada vez estoy más acostumbrada a este tipo de prejuicios y desplantes, pero no obstante todavía duelen. Tal vez, de las cosas que más me duelen sea el que la gente no me deje decidir, y por ello, no me den una oportunidad. En estos días atrás me he sentido como un libro, un buen libro que alguien coge, mira la portada (con dos serpientes que se muerden la cola, con unicornios, con leones), mira la contraportada, lo abre, lo mira por encima, sabe que le va a gustar... y lo cierran de golpe. ¿Por qué? Porque hay letras escritas en rojo sangre. Pero eh, no has llegado a las letras verde esmeralda, ni siquiera has leído más allá de la contraportada y el epílogo, que te estaba encantando... ¿cómo puedes prejuzgar así?
Si Bastian Balthasar Bux hubiera juzgado el libro sólo por su portada, nunca hubiera conocido a Atreyu, ni a Fuju, ni al comepiedras. No habría renombrado a la Emperatriz Infantil como a la Hija de la Luna, no hubiera viajado por desiertos de colores o no habría llegado a Xaide. Pero se aventuró, y fue capaz de evolucionar y aprender.
Poco a poco, con experiencias que me van pasando, yo también voy evolucionando y cambiando. Ya no sueño con cabalgar Fantasía a lomos de Arthrax con Atreyu escapando de La Nada. Tan sólo quiero que se me aprecie por quien soy, por lo que sé, por aquello que sé que puedo llegar a hacer tanto por mí misma como con la ayuda de otros. Quiero aprender, siempre aprender; y quiero ser feliz a lomos de mi dragón Fuju, que me llevará tan lejos como yo quiera.
Bueno, de momento no tengo dragón, pero un amigo perrete nunca viene mal, ¿no?
Todavía, a pesar de las sandeces que me han dicho en los pasados días, sin opción a hablar, negociar e incluso entendernos; todavía sé que puedo ser todo aquello que me estaba proponiendo y más. Pero no te confundas, puedo parecer una adorable chica disfrazada de superheroína conejita. Pero en realidad ya sabéis que no llevo máscaras, y que soy en toda regla un león. Un león que da oportunidades, y odia que no le den la que sabe de sobras que se merece.
Vais a escuchar mi rugido salir de lo más profundo de mi garganta para cortaros la respiración.
Estáis avisados.
Que bonita reflexión. Sigue creciendo linda! Y que la gente hable, para eso son buenos, pero lo difícil y valioso es HACER :)
ReplyDelete<3 <3 <3 Gracias amor!
Delete<3
ReplyDeleteY aun queda mucho por crecer, evolucionar y experimentar.
Nunca te dejes amedrentar por aquellos que no saben ver el verdadero valor de las cosas y se quedan solo con lo superficial ^_-
Exacto, la cosa es no dejar nunca de crecer :)!
DeleteCon Lo Fea, mal Hecha Y Bajita Que Eres...en Tu Vida Tebdras Un Atreyu Guaperas...a Ver Si No Te Flipas Tanto Ya...que Tienes Una Edad Ya Para Np Hacer la Lastimosa!
ReplyDeleteCon lo bien que escribes vas a ganar un Pulitzer, cari <3
DeletePD: no me va el rollo pederasta, recordemos que Atreyu era un niño, por favor.